Carolina Gamboa
Investigadora Adjunta Línea Recursos Hídricos Continentales – CICITEM
OPINIÓN: Detrás de cada gestión sustentable, hay una mesa científica asesora.
Todas las películas de ciencia ficción, que hablan del fin del mundo, comienzan con la misma trama; un político ignorando las advertencias de un científico. También es sabido que la realidad supera a la ficción, y por ello, es importante tomar medidas para prevenir situaciones que podrían resultar catastróficas.
Desde esta perspectiva, iniciativas como la Red H2O, que durante este año está siendo liderada en la macro zona norte por CICITEM, son importantísimas para asesorar a la cartera de gobierno correspondiente, y de esta forma promover políticas públicas que consideren como eje principal la protección y preservación del medio ambiente para las futuras generaciones, y su vez, garantizar el acceso a un agua de calidad y en cantidad necesaria para el aprovechamiento en función de los distintos usos de la misma.
No se trata de restringir o prohibir el uso industrial de este vital elemento, sino de asegurar tanto el consumo humano, salud, agricultura, y por supuesto, también la actividad productiva que es necesaria para la economía regional. Actualmente, el aprovechamiento de agua en la Macrozona Norte es, principalmente, a partir de aguas subterráneas y en menor medida de aguas superficiales; correspondientes a los ríos de la zona. Y si bien una parte importante y creciente en el último tiempo utiliza la desalación de agua de mar, la cantidad de agua que aún consume el sector industrial desde los acuíferos mantienen frágiles a los ecosistemas; por lo que es necesario considerar en las proyecciones, el almacenamiento de aguas subterráneas, además de la protección de lagos, lagunas y salares.
Darle voz a especialistas en recursos hídricos y climatología, permitirá plantear políticas públicas que contribuyan a una gestión sustentable, identificando las áreas más vulnerables para cada cuenca hidrográfica, y advertir posibles riesgos de desastres naturales; asociados no solo a escenarios de déficit como la sequía, sino también a la gestión ante aluviones o inundaciones producto de eventos climáticos extremos.
Antofagasta, 30 octubre 2020
