OPINIÓN: Hidrodiplomacia, en periodo de escasez

Dra. Lorena Escudero

Investigadora Titular Medio Ambiente 

En la Tierra sólo el 2,5 % del agua es dulce, de ese porcentaje el 0,5% se encuentra en depósitos subterráneos y el 0,01% en ríos y lagos. Sin embargo, la disponibilidad de agua dulce, para satisfacer las necesidades humanas es de alrededor del 0,007% y esa cantidad se reduce anualmente debido a la contaminación.

Hace 40 años se disponía de una media de 12.000 m3/año de agua dulce por persona. Hoy, sólo están disponibles 5.000 m3/año en promedio por persona. Esta disminución y baja disponibilidad de agua dulce ha generado un conflicto entre las diversas naciones para acceder a este recurso vital.

A 4 kilómetros de la frontera de Chile con Bolivia, se encuentra el Silala, estas aguas están en el corazón de un desamor. Por un lado, Bolivia, país donde el rio tiene su fuente, en medio del desierto y por otro, Chile, en donde los aymaras desde principios del siglo pasado utilizan esta agua que fluye naturalmente hacia el oeste.

Después de complicadas relaciones de vecindad, la Corte Internacional de Justicia deberá decidir, si declara al Silala como un río internacional, para así hacer un uso razonable y equitativo de los cursos hídricos internacionales. Una nueva política global del agua permitirá garantizar la paz y la seguridad: en torno, a través y para el agua.

El desarrollo de nuevas capacidades y el aporte de nuevos líderes capaces de abordar efectivamente nuestros desafíos relacionados con el agua, es indispensable. Comprender y combinar herramientas y disciplinas para la gestión del agua y con ella, la gestión de los conflictos relacionados. Concretar con la movilización de fondos para llenar los vacíos del desarrollo científico tecnológico. Y finalmente, sobre todo, practicar una hidrodiplomacia basada en los “valores superiores” del agua, estos situados inmediatamente por encima de las cualidades  utilitarias, con las que se identifiquen las partes en un conflicto, creando oportunidades para la cooperación y competencia entre las mismas.

El objetivo se convierte entonces en conciliar constantemente los intereses contrapuestos de los usuarios del agua, ya sean Estados, individuos, empresas, grupos de interés o entidades administrativas. 

La gestión de conflictos y la cooperación son, parte integral de la gestión de los recursos hídricos, en su sentido más amplio. De hecho, la crisis del agua no es una crisis de cantidad, sino más bien una crisis de gestión, gobernanza y reconciliación de intereses a menudo contradictorios.

Antofagasta, 09 de Mayo 2022

Author: CICITEM

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