ANTOFAGASTA, Martes 22 de Octubre de 2022.
La “economía circular” se refiere a las prácticas para mantener y optimizar el valor de los productos y materiales durante el mayor tiempo posible. El desperdicio y el uso de recursos se minimizan y cuando un producto o servicio llega al final de su vida, los recursos que constituyen, se retienen en la economía para ser reutilizados una y otra vez creando más valor y aumentando su durabilidad a través de una producción y un uso más eficiente.
A medida que crecen las poblaciones y la urbanización, las personas extraen materiales más rápido de lo que la Tierra puede reemplazarlos y fabrican sustancias que amenazan los ciclos naturales de nuestro planeta. Como resultado, corremos el riesgo de acelerar el cambio climático, disminuir los recursos naturales, suscitar escasez de alimentos, agua y la mala calidad del aire.
Como promotores de sustentabilidad, hemos visto cómo el pensamiento innovador, los cambios en nuestros procesos de fabricación y la educación pueden tener un impacto significativo en nuestro futuro. Al mirar hacia adelante, es vital repensar lo que estamos haciendo y cómo lo estamos haciendo, para convertir la sustentabilidad en nuestra prioridad.
La cultura científica, técnica e industrial debe permitir a los ciudadanos comprender mejor el mundo de hoy y prepararse para la vida en el mañana. Desarrollando información pública y reflexión sobre la ciencia y sus desafíos, promoviendo intercambios con la comunidad científica, compartiendo conocimientos, educando en una ciudadanía activa, asentar la ciencia en la sociedad.
La Región desea innovar en el desarrollo y, por lo tanto, ha creado el instrumento CICITEM para promover la investigación y la ciencia aplicada en la investigación. La Región también cuenta con universidades – que lideran la red de innovadores. La región a través de su Consejo Regional financia acciones de investigación científica que son elementos fundamentales en el futuro de la región. Uno de los objetivos es encontrar formas de usar menos recursos y evitar que los desechos terminen en los vertederos. Una economía lineal tradicional sigue un modelo de “tomar, hacer, tirar”. Una economía circular, por otro lado, sigue un modelo de “reducir, reutilizar, reciclar”; este modelo utiliza menos recursos y genera menos residuos y contaminación durante la fabricación. Usamos la ciencia para crear soluciones que puedan hacer más con menos, que sean reciclables y reutilizables, y que dejen una huella más pequeña. Pasar a una economía circular también significa “innovar”.
Desarrollo de procesos de valorización de residuos, implantación de canales innovadores de reciclaje, uso de energías renovables. Las actuaciones instauradas a nivel local contribuyen a la creación de valor y al desarrollo económico de las comunidades prodigando una imagen positiva y un mayor atractivo para nuestros territorios.